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Los científicos nos dicen que solo tenemos 10 años para cambiar nuestros modos de vida, evitar de agotar los recursos naturales y impedir una evolución catastrófica del clima de la Tierra.Cada uno de nosotros debe participar en el esfuerzo colectivo, y es para sensibilizar al mayor número de personas Yann Arthus-Bertrand realizó la película HOME.Compártelo. Y actúa.

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martes, 13 de abril de 2010

El impacto de la actividad humana sobre la desertificación

El Análisis de Ciclo de Vida (ACV) es una metodología científica que analiza de manera objetiva los impactos ambientales de una actividad o proceso abarcando todo su ciclo, esto es, desde la extracción de las materias primas hasta la gestión de los residuos generados al final de su vida útil.

Montserrat Núñez
Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias
IRTA

En ACV, el impacto ambiental del sistema estudiado se expresa en categorías de impacto ambiental (calentamiento global, destrucción de la capa de ozono, acidificación, etc.). En los últimos años se han realizado importantes avances metodológicos en el ACV, por ejemplo, definiendo unas normas estándares de aplicación en las ISO 14040 y 14044.

Pese a la evolución del ACV, una de las principales debilidades metodológicas actuales es la ausencia de categorías que midan los impactos que las actividades humanas, como el cultivo de tierras o el pastoreo, ejercen sobre el uso del suelo.

El uso insostenible del suelo puede llevar a su degradación. Si esta degradación se produce en zonas áridas, semi-áridas y sub-húmedas secas[1] , como España, la degradación se denomina desertificación y los efectos pueden ser irreversibles, dando lugar a áreas totalmente improductivas. A pesar de la importancia de la desertificación a nivel mundial, que afecta especialmente a los países áridos en desarrollo, hasta la fecha no se habían desarrollado propuestas encaminadas a incluir este importante impacto ambiental en el ACV. A raíz de esta situación, un grupo de investigadores del IRTA de Cabrils (Barcelona), de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad Tecnológica Nacional de Mendoza (Argentina) han realizado una propuesta metodológica con el fin de que el ACV cuente con una categoría de impacto ambiental que mida el potencial de desertificación de cualquier actividad humana sobre el territorio. La propuesta ha sido publicada recientemente en una revista científica de ámbito internacional.

Para poder calcular el impacto de desertificación que tiene una actividad humana en una región concreta, la metodología precisa información de cuatro importantes indicadores biofísicos de desertificación: aridez, erosión, sobreexplotación de acuíferos y riesgo de incendios. Estos indicadores abarcan los principales factores que causan desertificación.

Una vez medido el impacto de desertificación de la actividad, éste se pone en relación con la calidad del suelo que se está degradando, ya que el efecto puede ser muy distinto dependiendo del estado de degradación del suelo sobre el que se actúa. De este modo, mediante el uso de sistemas de información geográfica (GIS, en sus siglas en inglés), se clasificaron 15 áreas naturales según su riesgo de desertificación. Según los resultados obtenidos, el 38% de la superficie de la Tierra, correspondiente a la superficie de ocho regiones naturales, tienen un clima árido y por tanto pueden sufrir desertificación. En la Figura 1 se muestra un mapa de estas regiones con riesgo de desertificación, que son: desierto tropical o subtropical, estepa tropical o subtropical, Mediterránea, sabana, desierto templado, estepa templada, praderas y zonas marinas, ordenadas de mayor a menor riesgo.

El método permite evaluar satisfactoriamente el impacto de desertificación de una actividad humana, comparar el impacto de una misma actividad en lugares distintos o entre actividades distintas que se desarrollen en el mismo lugar. La metodología publicada se está poniendo actualmente en práctica en varios casos de estudio en España y Argentina, cuyos resultados serán publicados una vez finalizada la investigación.



Cuestiones:

1.- Investiga qué es ISO 14040 y 14044.
2.- ¿Qué es desertificación?
3.- Cita dos actividades humanas que lleven a desertificación.
4.- ¿En qué se basa el ACV para determinar el poder de desertificación de una actividad humana?
5.- Investiga qué es un SIG, qué información nos da y cita algunos ejemplos

lunes, 12 de abril de 2010

Evolución humana

Un grupo de científicos cree haber encontrado la piedra rosetta de la evolución humana. Se trata una nueva especie de homínido hallado en Suráfrica cuya anatomía, mitad mono y mitad hombre, le convierte en el mejor candidato a ser el precursor de los primeros humanos.

FUENTE | Público 09/04/2010

Vivió hace unos dos millones de años en un momento muy desconocido de la evolución en el que se piensa que algún miembro del género Australopithecus engendró el género humano, del que el Homo sapiens es el único superviviente actual.

La nueva especie, Australopithecus sediba, se ha descrito basada en dos individuos, un joven y una mujer adulta, cuyos restos quedaron encerrados en un ataúd de rocas donde se han conservado hasta la actualidad. Yacían en la cueva de Malapa, cerca de la Cuna de la Humanidad, una región a 50 kilómetros de Johannesburgo donde se han encontrado cientos de fósiles claves para dibujar los orígenes del hombre.

"El sediba es una piedra rosetta para definir qué es el género humano", dijo el paleoantropólogo Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand (Suráfrica), durante una videoconferencia para presentar sus hallazgos. Es el autor principal de la descripción de la nueva especie, que publica Science. Presenta una mezcla de rasgos primitivos y modernos nunca vista.

El ejemplar modelo ha sido el del joven, pues incluye su cráneo casi completo. Tenía unos 13 años y medía 1,3 metros. Su pelvis era casi como la de los primeros humanos e indica que era capaz de andar erguido. Su nariz se proyecta hacia adelante como la de los humanos, y sus piernas son más largas que las de los otros australopitecos que pasaban la mayor parte del tiempo en los árboles. Sin embargo, su cráneo es mucho menor que el de los humanos. Tiene unos brazos tan largos como los de un orangután y sus pies y manos son aún "primitivos", explicó Berger. Esta coctelera hace del sediba un ejemplar único para explicar quiénes fueron los australopitecos que bajaron de los árboles para siempre.

Hace entre tres y dos millones de años, Suráfrica era un hervidero de homínidos que incluía ejemplares de rasgos agigantados como los Paranthropus, otros más avanzados, entre los que estarían el Australopithecus africanus y el sediba, y los Homo habilis, primeros miembros del género humano, explica Antonio Rosas, investigador del CSIC. "Los bosques tropicales comenzaban a dejar paso a las sabanas y aparecía su característica fauna tal como la conocemos hoy", añade.

Los fósiles fueron hallados entre restos de antílopes y tigres de dientes de sable. Los responsables de la excavación creen que el joven sediba y su acompañante adulta cayeron en una "trampa mortal". Era una grieta del terreno que daba a un foso desde el que fueron luego arrastrados por corrientes de agua junto a los otros animales a un depósito más profundo.

Los expertos comenzaron a desenterrar los primeros fósiles en 2008, pero el yacimiento seguirá dando frutos. Ya hay al menos otros dos ejemplares que se están desenterrando en estos momentos, anunció Berger. "Pronto seremos capaces de ofrecer una reconstrucción detallada de cómo eran el rostro, el cuerpo y el estilo de vida de esta especie", dijo Berger.

ANCESTRO DEL ERECTUS

Los responsables del hallazgo creen que el sediba es descendiente del A. africanus, que vivió en el continente hasta hace unos 2,9 millones de años. Sus rasgos humanos indican que puede ser el ancestro directo del Homo habilis, primer miembro del género Homo, o incluso del Homo erectus, que salió de África hacia Asia hace 1,8 millones de años.

"El erectus es aceptado por todos los expertos como la primera especie genuinamente humana", explica Carles Lalueza, paleoantropólogo de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. "Lo más importante de este estudio es que presenta el mejor candidato hasta la fecha para enlazar a australopitecos y humanos", añade.

Hay una tercera hipótesis. El sediba pudo ser una rama evolutiva independiente que "imitaba" a los primeros humanos, pero que no los originó. Los expertos apuntan que el trabajo dará que hablar durante meses y "desplazará el centro de estudio de la disciplina hacia los australopitecos", explica Rosas. "Se trata de uno de los capítulos más oscuros de la evolución", añade.

Algunos medios se han apresurado a decir que el sediba es el eslabón perdido, algo que los propios autores han negado rotundamente. "No me gusta aplicar el término porque es algo de la época victoriana y la evolución no es una cadena, sino un árbol", señaló Berger. Rosas elabora: "Cada especie era como un ensayo que respondía al cambio ambiental con un determinado modo de locomoción, dentición y tamaño cerebral". "Como salido de una caja negra, alguno de esos ensayos consolidó el género humano en la forma del Homo erectus", concluye.

Autor: Nuño Domínguez